Estudio muestra cómo la llamada “puerta al infierno” sigue creciendo

Estudio muestra cómo la llamada “puerta al infierno” sigue creciendo

Una nueva investigación reveló cómo este gigantesco cráter sigue expandiéndose.


El 24 de agosto de 2018, científicos rusos informaron el impresionante hallazgo de una cría de caballo congelado en el cráter Batagaika, cerca de la ciudad de Yakutsk, en Siberia.

El animal tenía entre 2 o 3 años de vida cuando murió, hace 40 mil años, perfectamente conservado debido a las heladas condiciones del permafrost siberiano.

Estudio muestra cómo la llamada “puerta al infierno” sigue creciendo

En efecto, este cráter según los científicos es una ventana única al pasado, un registro detallado de 200.000 años de historia de la Tierra.

Pero algunos pobladores locales prefieren evitarlo y lo llaman “la puerta al infierno”, debido a sus gigantescas dimensiones.

El cráter va quedando al descubierto con el derretimiento del hielo en el suelo permanentemente congelado, llamando permafrost o permahielo de esta región.

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Actualmente el Batagaika tiene un kilómetro de ancho y 90 metros de profundidad.

Su pared ha crecido un promedio de 10 metros al año. Pero en años de mayor temperatura el incremento ha sido de hasta 30 metros, según un estudio de Frank Gunther y colegas del Instituto Alfred Wegener en Potsdam, Alemania, que han monitoreado el sitio por satélite durante una década.

Ahora, una nueva investigación muestra que este cráter continúa creciendo, cerca de 1 millón de metros cúbicos cada año.

El estudio fue publicado en la revista Geomorphology y fue realizado por un equipo internacional de investigadores liderado por científicos de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú, en Rusia, y el Instituto Alfred Wegener, en Alemania.

Según escriben los investigadores en el estudio, cuyo autor principal es el científico Alexander Kizyakov, “las características del deshielo rápido del permafrost están muy extendidas y se observa que aumentan en el terreno de permafrost rico en hielo del Ártico y el subártico”. Al mismo tiempo, concluyen que la cantidad de hielo y sedimento perdido por el cráter Batagay es excepcionalmente elevada, debido al gran tamaño de la depresión.

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La cría de caballo congelado en el cráter Batagaika, que tenía entre 2 o 3 años de vida cuando murió, hace 40 mil años.

El crecimiento es causado por el constante descongelamiento del suelo alrededor del cráter. Cuando el suelo congelado se derrite, sus paredes se hunden más, lo que hace que crezca aún más.

El cráter, que fue descubierto en 1991 cuando una sección de la ladera se derrumbó en las tierras altas de Yana en el norte de Yakutia en Rusia, ha visto capas de permafrost completamente expuestas al aire en constante calentamiento. Esta “puerta de entrada al inframundo” se encuentra dentro de uno de los permafrost más antiguos del mundo. También se le ha llamado “la boca del infierno” por su enorme tamaño.

A person walks at the Batagaika crater, as permafrost thaws causing a megaslump in the eroding landscape, in Russia's Sakha Republic in this still image from video taken July 11 or 12, 2023. Reuters TV via REUTERS

A medida que más de este suelo más profundo queda expuesto, el aumento de las temperaturas puede derretir cada vez más capas subyacentes. Es una verdad aterradora que ha generado enormes preocupaciones sobre los problemas actuales del cambio climático que rodean el estado de nuestro mundo.

El rápido descongelamiento del permafrost debido al calentamiento global ha generado espectaculares descubrimientos en el sitio. Uno de los últimos fue el resurgimiento de un antiguo virus zombi congelado durante más de 40.000 años . Sin embargo, a medida que el permafrost continúa derritiéndose, la tasa de expansión de la puerta de entrada al inframundo también puede aumentar.

Los resultados muestran que una región de hielo y sedimento que equivale a más de 14 pirámides de Giza se ha desvanecido desde el colapso de la estructura. El ritmo de derretimiento se ha mantenido relativamente estable durante la última década, desarrollándose principalmente a lo largo de la pared frontal y en los bordes occidental, sur y sureste del cráter.

Los científicos utilizaron imágenes de satélite, mediciones de campo y datos de pruebas de laboratorio, a partir de muestras obtenidas en Batagay.

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